La contundente derrota que el peronismo le propinó a Libertad Avanza en las elecciones provinciales bonaerenses bosqueja un posible nuevo escenario político, a confirmarse en las elecciones nacionales del 27 de octubre, en las que el Gobierno, el peronismo y la liga de gobernadores no peronistas jugarán su rol en los próximos años.

Por el lado del Gobierno, está por develarse qué quiso decir el presidente Javier Milei en la noche del domingo cuando habló de corregir los errores que motivaron la derrota por más de 13 puntos en el principal distrito del país, pero en el párrafo siguiente aseguró que el rumbo económico era inamovible. 

Sin dudas algo de la derrota se explica por las acusaciones de corrupción que involucran a su hermana, Karina Milei, responsable del armado nacional de La Libertad Avanza (LLA) con una petulancia que generó enemigos adonde había posibles aliados, lo que ya le costó al oficialismo resonantes derrotas en el Congreso de la Nación.

A la vez, el estilo poco sutil de la secretaria General de la Presidencia alimentó una interna con el asesor especialísimo Santiago Caputo, a quien responden sectores estratégicos del Gobierno. Uno, que se supone que ahora meterá baza en la campaña, lee al ensayista Giuliano da Empolí (El mago del Kremilm y Los ingenieros del Caos, entre otros libros), la otra consulta el Tarot.

Como era de esperar ante una probable derrota libertaria, los mercados se crisparon. Las acciones de empresas argentinas cayeron hasta un 20%, el riesgo país superó los 1.100 puntos y el dólar superó cómodamente los 1.400 pesos, casi tocando el techo de la flotación que el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo acordó con el FMI para intervenir.

Si bien ya la semana pasada el Gobierno comenzó a intervenir y quemó unos 500 millones de dólares del Tesoro Nacional para evitar que se genere una corrida cambiaria, cuesta imaginar que el FMI no presione por una devaluación antes de las elecciones de octubre antes de que su préstamo se vaya por el barril sin fondo de los mercados.

Caputo sabe de esto porque en 2018, el era presidente del Banco Central y ante una situación análoga le tocó ser el fusible de la devaluación que le costó la reelección a Mauricio Macri. Es un enigma a quién le tocará el rol de saltar por los aires para preservar al Presidente, ¿será el propio Caputo?

Esta reacción de los mercados había sido agitada como un fantasma por el Gobierno como un fantasma para el caso de que ganara el peronismo; el “efecto kirchnerismo”, lo llamaron, pero ahora el kirchnerismo parece estar en baja.

Los medios, Clarín y algunos diarios de España, titularon sus ediciones de este lunes con la victoria “del peronismo”, ya no del kirchnerismo, el sector que hegemonizó la interna del PJ durante las últimas dos décadas. 

De todos modos, esa es aún una batalla por disputarse. El ganador indiscutido de las elecciones de este domingo es el gobernador Axel Kicillof, que peleó hasta imponer las elecciones desdobladas, mientras que la expresidenta y titular del PJ, Cristina Fernández de Kirchner(CFK), quería que fueran unificadas con las nacionales del 26 de octubre.

Si el frente Fuerza Patria era derrotado el kirchnerismo le pasaría eternas facturas a Kicillof, pero ganó y ahora se posiciona como el principal presidenciable del sector, aunque sea temprano para hablar de candidaturas, como se apresuró a aclarar hoy el ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco.

“Hay que ganar en octubre, hay que gobernar dos años más y construir política para generar una propuesta”, dijo Bianco esta mañana en declaraciones radiales. No le falta razón, comenzar a probarse la banda antes de tiempo lo sometería a una exposición innecesaria y costosa; el ejemplo más cercano es el del exjefe del Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta.

Por lo pronto, CFK ya dio muestras de que no resignará su poder interno sin dar pelea. Si bien mandó un saludo formal al bunker de La Plata, donde se festejó la victoria, convocó a la militancia a reunirse frente a la casa en donde está presa por una causa de corrupción. La acompañó su hijo, Máximo Kirchner, quien durante un acto de campaña habló en contra del gobernador en un acto público. 

El politólogo Andrés Malamud fue quien expresó con mayor claridad el nuevo escenario que se perfila dentro del peronismo. “El éxito de Kicillof es la superación de la etapa kirchnerista del peronismo”, dijo en declaraciones a Radio con Vos.

Un discurso frecuente entre la militancia peronista, al menos la más K, es que todos los que votaron por Milei en 2023 son gente equivocada que no se dieron cuenta de lo que hacían. La lectura, aparte de aplacar la frustración, está en línea con lo que expresa CFK cada vez que ensalza su gestión. 

Kicillof en su momento habló de “una nueva música” y lo llenaron de críticas internas, pero gran parte de los analistas coinciden en la necesidad de una renovación para volver a generar una propuesta que contenga a los electores que en 2023 votaron a Milei, no por convicción sino como un gesto de rechazo hacia una dirigencia que cada vez los representaba menos.

Está claro que, por más que haya una porción importante del electorado que quisiera su desaparición, para los que tal vez Milei expresaba esa posibilidad, el peronismo tiene una capacidad de resiliencia notable y un caudal de votos que lo hacen ineludible a la hora de diseñar un país más vivible que el que proponen los libertarios, pero si no se renuevan, si no consiguen un mecanismo de depuración de muchos de sus dirigentes y una nueva normativa interna, se hará difícil.

Ese electorado que no quiere una nueva experiencia peronista, por más que sea producto de una renovación, pugnará por una formación de centro, tal vez inspirada en la entente de los gobernadores que, fustigados por el Gobierno nacional, hace dos meses se pusieron de acuerdo y fueron vitales para que el Congreso pusiera freno a varias iniciativas oficialistas.

El exministro de Cultura del macrismo, Pablo Avelluto, un tenaz crítico de los mileístas, dijo hoy que la derrota de LLA le abrió la esperanza de “hacer algo distinto, que nos contenga a todos”, pero excluyó de ese entendimiento de diversos sectores a su exjefe político. “Es sin Macri”, fue su respuesta ante la consulta de NoticiAr. 

Aveluto criticó fuertemente a Macri por su decisión de someter al PRO al armado de LLA e hizo un reconocimiento al exjefe de Gabinete del gobierno macrista, Marcos Peña. “Yo lo expreso con una fórmula que es M-M = M, esto es Macri menos Marcos da Milei”.